Para integrar la visión de una conducta empresarial responsable en la gestión empresarial, el buen desempeño laboral debe surgir como una estrategia integral de mejora continua que aporta a la competitividad de la misma y no como una obligación a cumplir. La empresa debe hacer una pausa para estudiar su estrategia de negocios e identificar dónde y cómo adquirir mejores prácticas laborales y por qué éstas pueden aportarle valor.
Para la OIT, el diálogo social comprende “todo tipo de negociación o consulta, o simplemente, intercambio de información entre los representantes de los gobiernos, de los empleadores y de los trabajadores sobre temas de interés común relativos a la política económica y social”[1]. En este sentido, es entendido no como un fin en sí mismo, sino como un instrumento moderno y dinámico de capacidad única y gran potencial para contribuir al progreso con respecto a muchas situaciones y cuestiones difíciles que plantean desafíos, en especial en el marco de la globalización, la integración regional y la transición[2], aunque también se amplía a cualquier esfuerzo desplegado a fin de mejorar el rendimiento de la economía y fomentar la competitividad en la misma, y de lograr una sociedad más estable y equitativa en su conjunto[3]. De esta manera, la OIT entiende al diálogo social como el mejor mecanismo para promover mejores condiciones de vida, y justicia social. Este diálogo social adopta muchas formas diferentes, en función del marco cultural, económico, histórico y político de cada país[4]. En este sentido, tanto los gobiernos, como los empleadores y los trabajadores, tienen un rol importante para que el diálogo social sea un aporte en materia de derechos laborales y humanos y una herramienta de suma utilidad a efectos de implementar mecanismos de participación de las partes interesadas y en procesos de debida diligencia. En el caso de los gobiernos, deben ser promotores y reguladores de consultas tripartitas, las cuales deben ser regulares y eficaces; en el caso de los empleadores, sus organizaciones pueden ayudar a generar acceso a información, asesoramiento y formación, mientras que en el caso de los trabajadores, pueden ser grandes aportes mediante, la participación de sus representantes en los procesos de dialogo social, y entre ellos la negociación colectiva y el mejoramiento de la calidad de vida de las personas. [1] OIT. Brochure: Diálogo social: En busca de una voz común. Disponible en internet en https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/download/brochures.pdf. Revisado en febrero 2020. [2] OIT. 2002. Resoluciones adoptadas por la conferencia internacional del trabajo en su 90a reunión. Ginebra. Disponible en internet en https://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc90/pdf/res.pdf. Revisado en febrero 2020. [3] OIT. Brochure: Diálogo social: En busca de una voz común. Disponible en internet en https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/download/brochures.pdf. Revisado en febrero 2020. [4] OIT. Brochure: Diálogo social: En busca de una voz común. Disponible en internet en https://www.ilo.org/public/spanish/dialogue/download/brochures.pdf. Revisado en febrero 2020