Analíticas

Otras temáticas 6 - Otras temáticas

6. Otras temáticas relevantes para la conducta empresarial responsable

Además de los temas tratados previamente, también es importante en este contexto hacer algunas consideraciones sobre otras temáticas que son relevantes a Conducta Empresarial Responsable, las cuales, si bien no están vinculadas directamente al ámbito laboral, si están si asociadas al mundo del trabajo como parte del proceso de la globalización, las cuáles son:

6. 1 Cuidado del ambiente

Múltiples y significativos son los desafíos ambientales que enfrentan las empresas hoy en día, como la disminución de la contaminación, disputas por el acceso a recursos naturales, disputas territoriales, disputas por derechos indígenas, entre otras[1].

En un continente que destaca por tener la mayor cantidad de biodiversidad del planeta y, por ende, características ambientales únicas[2] que lo convierten en pulmón natural y ofrecen amortiguación a los efectos del cambio climático, las empresas están llamadas a repensar sus negocios y a implementar nuevas formas de producción, ya no lineales, sino circulares, más limpias y de menor impacto ambiental, así como a contribuir con la lucha contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad.

Las evidencias muestran que concentración de dióxido de carbono está afectando de manera particular a América Latina, aumentado los niveles de precipitación, temperatura y fenómenos extremos. Tanto el Océano Pacífico como el Atlántico sufren de acidificación y calentamiento, y se podrían ver afectados los suministros de alimentos y aguas.  Esto generará una importante pérdida de puestos de trabajo, pérdida de productividad y mayores niveles de desigualdad, toda vez que afectará a las personas y países más pobres, aumentando también los niveles de migración dentro y entre países[3]

Hoy en día sabemos que la discusión sobre el cambio climático y sus consecuencias afectan al empleo y las condiciones laborales. Esto ya que podría modificar la estructura del empleo, deteriorando la economía y las posibilidades de entrega de empleo en algunos sectores, y potenciando otras que están basadas en los esfuerzos por mitigar el cambio climático. De esta manera, poner el acento en la temática facilitaría el consenso para un mandato ambicioso sobre la reducción de emisiones. 

El sector privado por sí mismo no puede, ni debe afrontar una versión holística de los impactos ambientales, ni debe ignorarse el papel clave del Estado en todo esto. El llamado que se hace al sector privado, es para que participe de las estrategias de sostenibilidad, y que, en la medida de lo posible las integre a sus modelos de negocio, poniendo especial foco en la contribución al desarrollo sostenible y comprendiendo que desarrollo económico y la justicia social van de la mano con lo ambiental.

En materia ambiental e sector empresario tiene obligaciones que derivan de regulaciones específicas, muchas de ellas con carácter habilitante; es decir que deben cumplirse para poder realizar la actividad.

La responsabilidad primigenia de las empresas es la de prevenir los impactos negativos en el desarrollo de sus actividades puede ocasionar, mediante la implementación de diferentes y complementarias acciones preventivas. Como ser, una adecuada realización del procedimiento de evaluación de impacto ambiental, la implementación de acciones de eco-eficiencia que tiendan a disminuir el uso de recursos y la generación de residuos, la puesta en marcha de sistemas de gestión ambiental, la definición de acciones enmarcadas en el concepto de economía circular, entre muchas otras.

Acciones que quedan enmarcadas en el concepto de “economía verde”. La Alianza para la Acción hacia una Economía Verde (PAGE, por sus siglas en inglés Partnership for Action on Green Economy),  iniciativa del Sistema de las Naciones Unidas  en la que participan diferentes Agencias del Sistema de las Naciones Unidas mediante el aporte del conocimiento y experiencia de cada una,  entre ellas la OIT, ha establecido que una economía verde es aquélla que resulta del mejoramiento del bienestar humano e igualdad social, mientras que se reducen significativamente los impactos ambientales. Son economías más inclusivas, que utilizan los recursos de manera más eficiente y que tienen bajas emisiones de carbono.

Desde una perspectiva empresarial, se pone énfasis en hacer inversiones en tecnologías, sistemas, procesos e infraestructuras que mejoran las actividades económicas productivas al tiempo que optimizan la utilización de los recursos naturales y minimizan los impactos ambientales.

A partir de esto, las empresas en la medida que les sea posible deberían:

  • Considerar implementar medidas para la adaptación y mitigación al cambio climático, como establecer medidas para enfrentar factores climáticos de riesgo, así como proveer sistemas para reducir gases de efecto invernadero, como, por ejemplo, mejoras tecnológicas, o fomento a la biodiversidad.
  • Establecer medidas para enfrentar los efectos de los impactos negativos en el ambiente que pudieran generar; considerando ? en especial ? los efectos dentro del lugar de trabajo.
  • Apoyar a las políticas que se realicen desde los organismos gubernamentales e internacionales para establecer medidas en relación con la temática ambiental vinculada al trabajo.
  • Realizar procesos de capacitación a los trabajadores para asimilar y desarrollar nuevas tecnologías más limpias y para comprender el potencial de ellas. Además, es importante conocer como esto se adecua con el marco regulatorio futuro, la gobernanza y las medidas que están por venir.

 

[1] OIT. 2020. Medio Ambiente y Cambio Cllimático.  https://www.ilo.org/actrav/areas/WCMS_DOC_ATR_ARE_ENV_ES/lang--es/index.htm

[2] Gandolfo, Vincent J. III, "Falta de derechos humanos y violencia: La crisis ambiental en América Latina". Senior Theses, Trinity College, Hartford, CT 2017. Disponible en Trinity College Digital Repository, http://digitalrepository.trincoll.edu/theses/671. Visitado en Noviembre 2019.

[3] ONU. 2019. El cambio climático costará 80 millones de puestos de trabajo para el año 2030. Disponible en internet en https://news.un.org/es/story/2019/07/1458652.

6.2 Promoción de una cultura de transparencia y lucha contra la corrupción

La corrupción es un elemento que atenta contra una conducta empresarial responsable, generando impactos en la cantidad y condiciones de empleo, afectando la competitividad, dañando las instituciones democráticas y perjudicando el gobierno corporativo. En ese sentido, Las empresas no deberán ofrecer, prometer, dar ni solicitar, directa o indirectamente, pagos ilícitos u otras ventajas indebidas para obtener o conservar un contrato u otra ventaja ilegítima. Las empresas deberán, asimismo, rechazar cualquier soborno y otras formas de extorsión”.

La corrupción desalienta la inversión y distorsiona las condiciones internacionales de competencia. En particular, el desvío de fondos a través de prácticas corruptas debilita los esfuerzos realizados por los ciudadanos para alcanzar niveles más altos de bienestar económico, social y medioambiental, y dificulta los esfuerzos para reducir la pobreza. Las empresas tienen un papel importante que desempeñar en la lucha contra estas prácticas[1].

Es debido a esto, que la presente guía recomienda a las empresas fomentar y promover la transparencia y la lucha contra la corrupción, dependiendo de su tamaño y capacidad, considerando las siguientes acciones:

  • Definir políticas y procedimientos internos que promuevan la transparencia y plasmen el compromiso de tolerancia cero a todo acto de corrupción, sea esta pública o privada.
  • Designar a personal calificado para llevar adelante una política corporativa de transparencia y de lucha contra la corrupción.
  • Se sugiere realizar un proceso de evaluación de transparencia al interior de la empresa, a través de expertos independientes de la empresa. Este proceso debe definir claramente su alcance y documentar cada etapa de la evaluación. Esta evaluación debe considerar jerarquizar los riesgos, enumerando los eventos del riesgo, y los efectos que se pueden desprender de ese riesgo.
  • Se puede poner en marcha un Programa de Anticorrupción de Ética y Cumplimiento (PAEC) para prevenir y combatir la corrupción de manera eficaz y proporcionada[2]. Este programa debe contener:

 

  • Respaldo y compromiso del personal directivo.
  • Evaluación de riesgos relacionado con la corrupción, y sus medidas de mitigación.
  • Proceso de supervisión y control.
  • Política clara y visible anticorrupción.
  • Identificación de conflictos de intereses.
  • Sistema de detección y denuncia de infracciones.
  • Tratamiento de infracciones.
  • Sistema de evaluación, en cumplimiento con metodologías y con todos los procesos de la empresa.
  • Establecer buenos controles contables internos.
  • Promover la transparencia entre entidades privadas.
  • Las empresas deben evitar el riesgo, absteniéndose de realizar operaciones comerciales que se consideren incluyen actos de corrupción.
  • Las empresas deben colaborar, en todo lo posible, con los organismos encargados de hacer cumplir la ley y las entidades pertinentes.
  • Es una buena idea que las empresas informen a la sociedad acerca de sus acciones para promover la transparencia y su lucha contra la corrupción.
  • Las empresas deberían exigir a las administraciones públicas un rol activo y una constante comunicación en todo esfuerzo, programa o iniciativa destinada a combatir la corrupción.

 

[1] OECD. 2011. Línea Directrices de la OECD para empresas multinacionales. Revisión. Disponible en https://www.oecd.org/daf/inv/mne/MNEguidelinesESPANOL.pdf

[2] UNODC. Guía Anticorrupción para las Empresas. Basadas en el Estatuto Anticorrupción. Disponible https://www.unodc.org/documents/colombia/2014/Diciembre/Guia_Anticorrupcion_empresas_UNODC_Web.pdf. Revisado Noviembre 2019.