La responsabilidad primigenia de las empresas es la de prevenir los impactos negativos en el desarrollo de sus actividades puede ocasionar, mediante la implementación de diferentes y complementarias acciones preventivas. Como ser, una adecuada realización del procedimiento de evaluación de impacto ambiental, la implementación de acciones de eco-eficiencia que tiendan a disminuir el uso de recursos y la generación de residuos, la puesta en marcha de sistemas de gestión ambiental, la definición de acciones enmarcadas en el concepto de economía circular, entre muchas otras.